Bienvenidos. Bienvenidas
Desde propuestas formativas para adultos - Andragogía, cinco fundamentos:
• El aprendizaje es constructivo basado en la interpretación personal del mundo y de la realidad, de la cual se desprenden nuevos significados y conocimientos. Para esta construcción las personas se relacionan con el entorno social, con sus propias vivencias y con las demás personas, centrando su interacción en las situaciones de la vida, en la cotidianidad.
• La experiencia es un recurso trascendental para el aprendizaje; por lo tanto, el modelo toma como elemento importante el análisis de las experiencias de los participantes. En este sentido, las personas son “diagnósticos vivos”.
• La participación activa en el proceso se logra cuando en éste se dialoga sobre necesidades e intereses que pueden ser satisfechos, ajustando las actividades pedagógicas a esta realidad.
• Las diferencias individuales entre los participantes son grandes, por lo tanto, las actividades deben proveer formas que permitan expresar y tratar esas diferencias, tanto en estilo como en tiempo, lugar y ritmos de participación.
• Los adultos tienen una profunda necesidad de autodirección; por lo tanto, el papel de los facilitadores está más en comprometerse en un proceso de indagación y búsqueda con ellos y ellas, y no tanto en tratar de trasmitirle sus conocimientos y técnicas.
Mil saludos. Victor Manuel Quintero
Desde propuestas formativas para adultos - Andragogía, cinco fundamentos:
• El aprendizaje es constructivo basado en la interpretación personal del mundo y de la realidad, de la cual se desprenden nuevos significados y conocimientos. Para esta construcción las personas se relacionan con el entorno social, con sus propias vivencias y con las demás personas, centrando su interacción en las situaciones de la vida, en la cotidianidad.
• La experiencia es un recurso trascendental para el aprendizaje; por lo tanto, el modelo toma como elemento importante el análisis de las experiencias de los participantes. En este sentido, las personas son “diagnósticos vivos”.
• La participación activa en el proceso se logra cuando en éste se dialoga sobre necesidades e intereses que pueden ser satisfechos, ajustando las actividades pedagógicas a esta realidad.
• Las diferencias individuales entre los participantes son grandes, por lo tanto, las actividades deben proveer formas que permitan expresar y tratar esas diferencias, tanto en estilo como en tiempo, lugar y ritmos de participación.
• Los adultos tienen una profunda necesidad de autodirección; por lo tanto, el papel de los facilitadores está más en comprometerse en un proceso de indagación y búsqueda con ellos y ellas, y no tanto en tratar de trasmitirle sus conocimientos y técnicas.
Mil saludos. Victor Manuel Quintero